Gaza. Tercer número de la Colección de Poesía y Arte impreso Con Tres Heridas
Esta obra forma parte del tercer número de la Colección de Poesía y Arte Impreso Con Tres Heridas, encargada por la Fundación Legado Literario Miguel Hernández a Jaén Edita, siendo diseñada e impresa por Antonio Damián en los talleres de Jaén Edita durante el año 2024.
Consta de seis grabados de 44 por 32 cm, realizados en fotopolímero sobre papel de lino, abaca, yute y sisal de 90 gramos y seis impresiones digitales con el poema Gaza de Elena Felíu.
Las cubiertas han sido diseñadas por Antonio Damián, siendo realizadas con impresión serigráfica sobre tejido no tejido, previamente consolidado con baños de gelatina y dispersiones acrílicas.
Se ha realizado una edición de 30 ejemplares venales y 10 ejemplares fuera de comercio, con encuadernación japonesa.

Gaza

Es lunes,
después de la tormenta.

Camino del trabajo
me conmueven los árboles caídos,

las raíces al aire,
las ramas contra el suelo.

La metáfora es fácil: “son cadáveres”.
Observar la ciudad
y escribir “cementerio”.

El lenguaje me asusta:
esa frivolidad,
esa mentira.
La materia y la palabra
Texto de Elena Feliu
En esta tercera entrega de Con Tres Heridas, la poesía y el arte impreso se combinan para crear lo que Antonio Damián denomina “espacios emocionales”, en un proceso creativo que ha constituido un diálogo entre artista visual y poeta, un proceso de ida y vuelta.
Antonio Damián estableció como marco de trabajo la interpretación de Claramonte de la teoría de los estratos de Nicolai Hartman, en la que la obra de arte se analiza desde su estratificación en lo inorgánico, lo orgánico, lo psíquico y lo social objetivado. En este contexto, el punto de partida de la labor creativa de Antonio fueron dos poemas míos pertenecientes al libro Otro amor, en concreto, a la cuarta sección, “Propiedades mecánicas”, en la que se aborda la fragilidad del sentimiento amoroso y de la propia identidad empleando para ello las propiedades mecánicas de los materiales como metáfora. Los dos poemas seleccionados se basan en la antítesis. En concreto, en el poema titulado “Incertidumbre” se mencionan dos propiedades contrarias, la tenacidad y la fragilidad, mientras que en el poema titulado “Afinidad” los elementos contrapuestos son el diamante y la tiza, ambos frágiles, pero de muy distinta dureza. Antonio Damián ha plasmado con sutileza estos aspectos en su obra de paper art, en la que las formas, los colores y las texturas evocan los materiales —y sus propiedades— mencionados en mis poemas (diamante, tiza, fragilidad). De esta forma el proyecto nace en el estrato de lo inorgánico, aunque el hecho de que lo material se emplee para hablar sobre la subjetividad constituye un salto del estrato inorgánico al psíquico, pasando por el orgánico, que podríamos ver reflejado en la imagen del corazón, a fin de cuentas, un elemento corporal, una víscera.
A su vez, el poema de Miguel Hernández elegido, “Me llamo barro aunque Miguel me llame”, funciona como puente entre los poemas de Otro amor seleccionados por Antonio Damián (“Incertidumbre” y “Afinidad”) y mis tres poemas inéditos (“Impregnación”, “Estación del fango” y “Gaza”). En el poema de Miguel Hernández, lo inorgánico (barro, agua, vidrio) se combina con lo orgánico (buey, flor, amapola, talones) para hablar sobre la subjetividad, el sentimiento amoroso y el deseo, pasando de ese modo al estrato de lo psíquico. En el caso de mis tres poemas inéditos, he buscado combinar la reflexión sobre el barro como materia—enlazando así con el poema de Miguel Hernández— con el tono sombrío de las imágenes creadas por Antonio Damián y con esa forma y textura del papel que recuerda a salpicaduras, a fango que se extiende. Esa exploración me ha llevado a transitar desde el tema amoroso hacia otros territorios —la desolación de la guerra, el disfraz del lenguaje— a partir del hilo conductor del barro.
En mis poemas inéditos se parte de lo inorgánico, representado por el barro, el papel y la piedra en los poemas “Impregnación” y “Estación del fango”, aunque sin duda lo material e inorgánico funciona en estos textos como un símbolo de la subjetividad, alcanzando así el estrato de lo psíquico. Desde lo inorgánico de las dos primeras composiciones se avanza hacia lo orgánico en el poema “Gaza” a través de la imagen de los árboles caídos, de sus ramas y raíces. En este mismo poema, el estrato de lo orgánico se engarza con el estrato de lo psíquico cuando la voz poética se conmueve ante la visión de los árboles caídos, reflexiona sobre el empleo de la metáfora y se asusta ante la frivolidad con que el lenguaje nos permite representar y alterar la realidad. Finalmente, el estrato de lo social objetivado aparece manifestado en las referencias de los poemas a la guerra de Ucrania (“Estación del fango”) y a la guerra de Gaza (“Gaza”).
De este modo, en estos espacios emocionales construidos mediante la unión de arte impreso y poesía, la materia y la palabra se combinan en un recorrido que comienza en el amor y avanza hacia la muerte, a través de la reflexión sobre el poder del lenguaje.